Seguro que nunca lo habías pensado pero la celiaquía es una enfermedad que puede afectar a tu mascota. No necesariamente tu perro o gato puede nacer celíaco, la intolerancia puede aparecer a lo largo del tiempo.
Además algunos piensos contienen esta proteína que puede provocar una reacción alérgica. Si crees que tu pequeño de la casa es intolerante al gluten, quédate a leer este artículo. Panceliac te cuenta cómo detectar si tu mascota es celíaca.
¡Tranquilos que es muy fácil de tratar!
¿Afecta la celiaquía solo a los humanos?
La celiaquía cada vez está más generalizada, de hecho no hay establecimiento que no venda productos con el sello “gluten free”. Estos productos libre de gluten han llegado hasta las tiendas especializadas en animales ya que aun siendo impensable la celiaquía en mascotas, cada vez son más caninos los que sufren los síntomas.
Son muchos los alimentos que pueden llegar a contener gluten en nuestra dieta habitual por lo que un factor decisivo a la hora de evitar los síntomas de la infección es darle a tu mascota exclusivamente su pienso. La comida humana puede no sentarle bien.
Un perro celíaco empieza a padecer los síntomas desde los seis o siete meses de edad. Justo tras ingerir el gluten, padecen una reacción alérgica también conocida como hipersensibilidad retardada originada por un ataque al tracto intestinal por parte del propio sistema inmune del perro.
La celiaquía en perros tiene una gran carga genética. Suele estar recibida de sus padres o abuelos y está asociada al consumo de la proteína del trigo aunque puede encontrarse en otros cereales como la cebada, la avena o el centeno.
Síntomas en las mascotas intolerantes al gluten.
Además de la inflamación en el estómago, la diarrea es de los primeros síntomas que se pueden apreciar como veremos a continuación. Entre los más comunes se encuentran:
- Diarrea: pueden aparecer vómitos o diarrea después de comer a causa de la desnutrición interna que provoca en el perro la intolerancia al gluten.
- Picor: tu mascota puede sufrir celiaquía si notas picores muy intensos y se rasca continuamente.
- Pelo deslucido, de mala calidad: tu mascota se lame mucho por tener la piel seca e irritada.
- Vómitos: el estómago de tu mascota no tolera el gluten.
- En el sistema respiratorio: tu perro puede sufrir estornudos ocasionales, inflamación, congestión etc.
Acude al veterinario para un primer diagnóstico.
A pesar de la gran carga genética que tienen los perros con intolerancias hay ciertas razas que tienen predisposición y tienden a padecerla como son los Setter irlandés y Samoyedo.
Una vez que has observado los primeros síntomas deberías llevar a tu mascota al veterinario. ¡Si lo dejas pasar es muy probable que acabe convulsionando! Un especialista explorará al animal y realizará las pruebas pertinentes para confirmar si sufre dicha intolerancia o cualquier otra. El veterinario solicitará análisis de heces, sangre, orina e, incluso, radiografías.
Si tu pequeño puede estar envuelto en el mundo de las intolerancias, no te lo pienses y llevalo al médico. Una vez confirmado pásate al pienso sin gluten.
¡Lo encontrarás en cualquier tienda veterinaria y tu perro o gato se pondrá muy contento!